Frankreich

París, la cuidad de las luces. Todo el mundo ha soñado alguna vez el lugar donde se dice que el amor se respira en cada rincón. Yo me encuentro entre esos soñadores. Hay tantas cosas que ver: Versalles, el Arco del Triunfo, el  Louvre, los Campos Eliseos. No se puede pasar por alto el simbolo emblematico de París: La Torre Eiffel. 
He estado ya un mes en Alemania, y no sé si tenga la oportunidad de regresar a Europa. Así que compré un vuelo a París.  Allí me reuniría con mis padres y mi tía los cuales estaba en un tour con estudiantes. Llegué primero que ellos al hotel, cansada y emocionada porque ya estaba en París he iba a ver a mis padres. Al llegar al hotel me encuentro con el "tour guide" y me informa que no me puedo quedar en el hotel, que no podría ir en el autobus con ellos, y mucho menos entrar a los lugares con ellos. Basicamente me dijo que viera París yo sola. Por un momento quise tomarlo por su pelo lacio y usarlo de mapo. O peor aún, sacarle los vellos de la cara con pinzas. Me hizo sentir que fue una perdida de tiempo llegar hasta allí. Yo como toda una persona adulta, me tragué el orgullo y no le dije nada, solamente esperé. Es verdad que me daban ganas de tomar el siguiente vuelo a Alemania, pero él no me iba echar eso a perder. Llegaron mis padres y les conté lo sucedido. Yo por mi me iba sola por París. Claro, si la hubiera visitado antes y tenía una idea de todon estaban las cosas. Además necesitaba alguien con quien tirarme fotos frente a la Torre. 
Mi papá se ofreció a acompañarme, tomar el metro, hacer largas filas,... En fin, aventurarme por París. ¿Y saben qué? No pude haber pedido un mejor compañero de viaje. 
La pasamos mejor, comimos en mejores lugares, visitamos más atracciones y podemos decir que visitamos París como todos unos Parisinos. 
Fuimos juntos a Versalles, espescificamente el Gran y el Petit Trianon, donde se quedaban los huéspedes y Mariantonieta tenía su propia granja. Versalles es grande en belleza y distancia. 

Yo quiero ser igual de "humilde" que Mariantonieta.

Luego de caminar por el inmenso Dominio de Versalles, tomamos es el metro hasta Champs de Mars para ver nada más y nada menos que la Torre Eiffel. Lo más cómico es que yo no sabía dónde estaba. Papi me dijo "Emmm... Si te das la vuelta creo que la puedes ver". 

Realmente la foto no es espontánea, pero el gesto es lo que cuenta (él quería recrear la situación). Nos dedicamos a encontrar el grupo y a conseguir la pose perfecta frente a la torre. Esa única foto donde sales de pies a cabeza y la torre completa a tu espalda. 
Creo que esto es lo más cercano al ángulo fotográfico perfecto. Lo importante es que estaba en París teniendo esta experiencia única. Como no encontrabamos el resto del grupo, pues decidimos subir al tope de la torre. 
Sin duda alguna es hermoso ver el atardecer en París. Sentir que estas en el tope del mundo, viendo las demas personas tan pequeñas como hormiguotas. Pensar que en esas calles se vivieron revoluciones, guerras, celebraciones. Que en los cafés Hemingway y Fitzgerald se reunían. Esto es más que una simple foto frente a la torre. Es decir "yo también estuve aquí". 
Luego de ese profundo momento papi me dijo: "Se nos olvidó algo." "¿Qué?", pregunté conociendo la respuesta de antemano. "Escupir a la gente de abajo a ver si llegua". ¿He dicho que mi padre es especial? 
Fuimos a comer en un bistro cerca de la Torre. Allí nos encontramos con la historia más curiosa que me han contado. Una partera del estado de Kentucky está en París ayudando a una mujer estadounidence (obviamente de dinero) con su parto. TODOS los gastos pagos: viaje, comida, apartamento, hasta chofer. Yo no lo podía creer. Ni ella misma lo podía creer. "This is ridiculous, right?!" nos dijo entre risas. 

Al día siguiente, con mapq en mano tomamos el metro de nuevo. Destino: el Louvre. Como ibamos a llegar antes que el grupo decidí buscar una repostería. Voilá! La encontré, a solo pasos del museo. 
Entre los pasteles que tenían chocolate y las tartas de fresa, se me hacía muy difícil decidir. Todo se veía y era rico. Y para resumir, el Louvre es INMENSO. No da tiempo verlo en un día. La Mona Lisa es pequeña y hay miles de turistas tomando fotos horribles de ella. Pobrecita. También vi a la dama sin brazos "Venus de Milo", y obras de Goya, Reuben y muchos más. El palacio en sí es toda obra de arte y llega a parecer infinito. 

Saliendo de allí tomé un taxi hasta el areopuerto para regresar a Alemania. Fue muy poco el tiempo en París pero toda una gran aventura. Me gustó mucho compartirla con mi padre.  Y si, puedo decir que aprendí varias cosas además de que el metro tiene un olor peculiar. Nunca dejes que nadie te ponga peros para alcanzar lo que quieres y lo que sueñas. Muy bien pude regresar a Alemania tan pronto el guía turístico me dijo que no podía ir a los lugares con ellos. Salí de París sabiendo más de la ciudad que ellos. No es solo ir a tomar fotos, escuchar lo que dice el guía, ir a un restaurante donde te tratan mal porque son un grupo grande. Para colmo te sirven lechuga  y una pizza que mas bien parece galleta de soda. Tener una experiencia en una nueva ciudad es caminar por las calles, comer donde comen los locales, conocer nuevas personas, disfrutar de los pequeños detalles que encuentres por el camino. El olor a pan recién orneado y tartas de fresas frescas. Compartir con un ser amado.  Para mí eso fue París

Vive la France!



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Sobre mi:

Este blog relata mis experiencias durante mi internado de verano en Alemania. Soy nacida y criada en la isla de Puerto Rico. Idiomas que hablo: español, inglés, y un poco de francés. De alemán solo se decir Hallo!, Danke!, Guten Morgen!, Guten Tag!, y… Volkswagen. Eso no impidió que me interesara participar de dicho internado. Dos meses, un idioma extraño, y una cultura muy diferente a la mía. Es todo un reto. Aun así, es una aventura que no se podía dejar pasar.